Cuatro consejos para no encontrar pareja
(Capítulo 2 de 4)
2º consejo para no encontrar pareja:
El personaje que ilustra la segunda lección es un estudiante de Física. A éste no le gusta seguirlo todo al pie de la letra, sino que tiene el gusanillo de interesarse por cosas que no aparecen en los libros.
Hace días que lleva en la carpeta un artículo de investigación que relaciona la Física con la Historia del Arte, y le encantaría compartirlo a la hora del comedor con sus compañeras. Pero ninguna se sienta en su mesa, ya que no tiene ningún apunte que pueda ser aprovechado para hacer fotocopias.
Un día en clase, un chico y una chica empiezan a odiarse. La mitad de los alumnos se posicionan a favor de él, y la otra mitad de ella. Después de reflexionar, nuestro chico sube a la tarima y demuestra con argumentos que el conflicto entre ambos es un malentendido. Los demás se dan cuenta, pero hacen oídos sordos, ya que a esas alturas ya no hay marcha atrás en esa enconada guerra. Por eso dejan marginado a nuestro chico que no pertenece a ninguno de los dos bandos.
Entonces se da cuenta de que ser tan reflexivo le ha hecho impopular entre las chicas, y decide mostrar su faceta más bohemia y creativa. En clase de dibujo, una compañera le pregunta:
-¿Qué es esto que has dibujado?-. Y él responde: -Es un delfín que abraza el mundo. Simboliza que el ser humano no solo tiene que cuidar la Tierra, sino también a los animales que la hacen posible-. Y sonando la campana, ella dice: -¡Puaaj! ¡Menuda comida de tarro...!
Nuestro protagonista nunca ha tenido suerte con las mujeres, pero ahora entiende el motivo: se plantea demasiadas cosas. Desanimado, se queda solo en el bar de la Facultad, con la mirada perdida y el rostro afectado.
Entonces una muchacha que pasa por ahí le dice: -¿Qué piensas?-. Y él responde: -Pues ahora mismo... no pienso nada-. Y ella se enamora inmediatamente de su sencillez.
Conclusión de la segunda lección para no encontrar pareja: reflexiona.
Hace días que lleva en la carpeta un artículo de investigación que relaciona la Física con la Historia del Arte, y le encantaría compartirlo a la hora del comedor con sus compañeras. Pero ninguna se sienta en su mesa, ya que no tiene ningún apunte que pueda ser aprovechado para hacer fotocopias.
Un día en clase, un chico y una chica empiezan a odiarse. La mitad de los alumnos se posicionan a favor de él, y la otra mitad de ella. Después de reflexionar, nuestro chico sube a la tarima y demuestra con argumentos que el conflicto entre ambos es un malentendido. Los demás se dan cuenta, pero hacen oídos sordos, ya que a esas alturas ya no hay marcha atrás en esa enconada guerra. Por eso dejan marginado a nuestro chico que no pertenece a ninguno de los dos bandos.
Entonces se da cuenta de que ser tan reflexivo le ha hecho impopular entre las chicas, y decide mostrar su faceta más bohemia y creativa. En clase de dibujo, una compañera le pregunta:
-¿Qué es esto que has dibujado?-. Y él responde: -Es un delfín que abraza el mundo. Simboliza que el ser humano no solo tiene que cuidar la Tierra, sino también a los animales que la hacen posible-. Y sonando la campana, ella dice: -¡Puaaj! ¡Menuda comida de tarro...!
Nuestro protagonista nunca ha tenido suerte con las mujeres, pero ahora entiende el motivo: se plantea demasiadas cosas. Desanimado, se queda solo en el bar de la Facultad, con la mirada perdida y el rostro afectado.
Entonces una muchacha que pasa por ahí le dice: -¿Qué piensas?-. Y él responde: -Pues ahora mismo... no pienso nada-. Y ella se enamora inmediatamente de su sencillez.
Conclusión de la segunda lección para no encontrar pareja: reflexiona.
(Enric Berneda, 2010)